Confiabilidad operativa y seguridad alimentaria garantizadas
Una destacada empresa en la manufactura de alimentos superó un desafío crítico de contaminación y pérdidas productivas. Disteinsa implementó una solución de lubricación de grado alimenticio que no solo salvaguardó la integridad del producto, sino que también optimizó la eficiencia operativa y generó ahorros considerables.

SITUACIÓN
Una planta dedicada a la elaboración de salsas, hortalizas enlatadas, vinagre y condimentos, enfrentaba un problema persistente: fugas de lubricante industrial desde los reductores de velocidad ubicados directamente sobre los tanques mezcladores. Estos derrames comprometían gravemente la calidad de los lotes de producción, forzando su desecho. Las consecuencias eran pérdidas económicas significativas, altos costos en mano de obra para limpieza y mantenimiento no programado, además de la necesidad constante de reponer el lubricante.

SOLUCIÓN
Disteinsa, en estrecha colaboración con el Gerente de Manufactura, propuso e implementó el lubricante sintético Chesterton 636FG SLF-220, de grado alimenticio. Esta elección estratégica fue fundamental para garantizar la seguridad y la inocuidad del producto final, incluso en caso de contacto incidental, respaldada por sus certificaciones NSF y FDA. Adicionalmente, la solución asegura una lubricación óptima del equipo bajo condiciones de alta temperatura, minimizando la evaporación del lubricante y garantizando un desempeño superior y continuo.

RESULTADOS
La adopción del lubricante Chesterton 636FG permitió al cliente garantizar plenamente la seguridad e inocuidad de su producto fabricado. Gracias al desempeño sobresaliente del lubricante sintético, se logró una disminución significativa en el consumo de lubricante debido a su mínima evaporación. Se eliminaron por completo las pérdidas de producción causadas por paradas no programadas, se redujeron notablemente los costos de mantenimiento y se experimentó un aumento considerable en la confiabilidad y operatividad de los equipos.